El dragón y la princesa
Érase una vez en Eulandia, un bello lugar, donde todos eran buenas personas. Allí nació una princesa, llamada Jazmín que era hermosa, tenía unos ojos verdes maravillosos.
Después de 21 años...
Festejaron con una gran fiesta el cumpleaños de Jazmín. Todos estaban invitados, también el gran Dragón Dorado, que llevaba puesto una capa roja. El Dragón era grande, feo y con ojos saltones.
Jazmín lució un hermoso vestido color rosa que se lo había hecho su modista. Su madre llevaba puesto un hermoso vestido color púrpura, el que identificaba su gran personalidad. Era muy amable, respetuosa y sonriente.
El rey usaba un traje elegante el que a todos les atraía. Era simpático, bondadoso y caballero. El Dragón bebió y bailó mucho. Al estar mareado se resbaló y se cayó. Todos lo miraron y se rieron de él.
Al haberse caído, el Dragón, muy enojado, raptó a la princesa. Antes de irse, hechizó y convirtió en ardillas a todos los que se encontraban en la fiesta; el único que no fue hechizado fue el cocinero, porque al ver lo sucedido corrió a esconderse. Al no escuchar nada, el cocinero salió de su escondite y se dirigió a la parte principal del palacio, donde vio toda la gente convertida en ardillas.
Más tarde, el cocinero decidió buscar ayuda.
Encontró un hechicero:
-Necesito tu ayuda-Dijo el joven cocinero.
-¿Qué necesitas?-Respondió el hechicero.
-¡La princesa Jazmín fue raptada por el Dragón Dorado!
-¡Quédate tranquilo! te daré poderes para derrotar al Dragón.
-¿Dónde podré hallar al Dragón?-Dijo el cocinero.
-En el bosque oscuro, donde ninguna persona se atreve a entrar, ya que el que entra, no sale con vida. Pero yo confío en ti, gracias que te voy a dar tres poderes: Fuerza, visión en la oscuridad y una espada, que te servirá mucho.
El cocinero se despidió y dijo:-¡Gracias por los poderes, serán de gran ayuda!
El cocinero partió hacia el bosque. Era peligroso, aterrador y oscuro, donde se encontraban peligrosos mounstros, luchó contra ellos, en peligrosas pruebas.
Luego, consiguió su propósito: Encontrar al Dragón.
Gracias a sus poderes pudo vencerlo. Rescató a la princesa. Ella se enamoró de él y se dirigieron al palacio.
Vieron que las personas volvieron a su forma normal, por la muerte del Dragón.
Festejaron el regreso de la princesa y luego se casaron. Vivieron felices para siempre.
Érase una vez en Eulandia, un bello lugar, donde todos eran buenas personas. Allí nació una princesa, llamada Jazmín que era hermosa, tenía unos ojos verdes maravillosos.
Después de 21 años...
Festejaron con una gran fiesta el cumpleaños de Jazmín. Todos estaban invitados, también el gran Dragón Dorado, que llevaba puesto una capa roja. El Dragón era grande, feo y con ojos saltones.
Jazmín lució un hermoso vestido color rosa que se lo había hecho su modista. Su madre llevaba puesto un hermoso vestido color púrpura, el que identificaba su gran personalidad. Era muy amable, respetuosa y sonriente.
El rey usaba un traje elegante el que a todos les atraía. Era simpático, bondadoso y caballero. El Dragón bebió y bailó mucho. Al estar mareado se resbaló y se cayó. Todos lo miraron y se rieron de él.
Al haberse caído, el Dragón, muy enojado, raptó a la princesa. Antes de irse, hechizó y convirtió en ardillas a todos los que se encontraban en la fiesta; el único que no fue hechizado fue el cocinero, porque al ver lo sucedido corrió a esconderse. Al no escuchar nada, el cocinero salió de su escondite y se dirigió a la parte principal del palacio, donde vio toda la gente convertida en ardillas.
Más tarde, el cocinero decidió buscar ayuda.
Encontró un hechicero:
-Necesito tu ayuda-Dijo el joven cocinero.
-¿Qué necesitas?-Respondió el hechicero.
-¡La princesa Jazmín fue raptada por el Dragón Dorado!
-¡Quédate tranquilo! te daré poderes para derrotar al Dragón.
-¿Dónde podré hallar al Dragón?-Dijo el cocinero.
-En el bosque oscuro, donde ninguna persona se atreve a entrar, ya que el que entra, no sale con vida. Pero yo confío en ti, gracias que te voy a dar tres poderes: Fuerza, visión en la oscuridad y una espada, que te servirá mucho.
El cocinero se despidió y dijo:-¡Gracias por los poderes, serán de gran ayuda!
El cocinero partió hacia el bosque. Era peligroso, aterrador y oscuro, donde se encontraban peligrosos mounstros, luchó contra ellos, en peligrosas pruebas.
Luego, consiguió su propósito: Encontrar al Dragón.
Gracias a sus poderes pudo vencerlo. Rescató a la princesa. Ella se enamoró de él y se dirigieron al palacio.
Vieron que las personas volvieron a su forma normal, por la muerte del Dragón.
Festejaron el regreso de la princesa y luego se casaron. Vivieron felices para siempre.